Los productos desarrollados por Apple como el iPhone y el iPad no solamente destacan por su gran calidad y elevado precio, también son populares por ser un dolor de cabeza para quienes los reparan, especialmente cuando se trata de talleres no cuentan una licencia expedida por la compañía para hacer estos arreglos.
Sin embargo, las gafas de realidad virtual Apple Vision Pro lograron llevar el nivel de complejidad a otro nivel y los visores ya han sido calificados por algunos expertos como el dispositivo de la manzana mordida que es más difícil de reparar.
La dificultad en este caso radica en que los lentes van más allá de las actuales limitantes que impone la compañía con sede en Cupertino, que es su actual programa de reparación autorizado que restringe el suministro de repuestos originales solo a los proveedores certificados.
Además, el diseño usualmente prioriza la estética y la delgadez sobre la facilidad para arreglarlo y algunos componentes internos están integrados o soldados, dificultando su reemplazo. La empresa también utiliza tornillos especiales que requieren herramientas específicas, limitando el acceso a técnicos no autorizados.
Qué hace que las Vision Pro sean más difíciles de reparar
Las Vision Pro fueron calificadas como el producto de la marca más difícil de reparar por el especialista en tecnología Phone Repair Guru tras una meticulosa revisión en la que detectó varios factores que pueden generar bastantes problemas a la hora de llevar el dispositivo a servicio técnico.
Pese a que el panel central de los visores no presenta mayores inconvenientes para poder abrirse, Apple habría implementado medidas intencionadas para complicar la sustitución de piezas dañadas por parte de talleres de terceros. Cada componente está serializado, lo que impide el correcto funcionamiento de las gafas si se reemplaza alguna de estas piezas, aun utilizando repuestos originales. El experto incluso intentó reemplazar la pantalla biométrica con una original de otro Vision Pro, pero esto resulto infructuoso.
Este nivel de complejidad no solo eleva al Vision Pro al estatus del producto más irreparable de Apple, sino que también plantea la posibilidad de bloqueos de software al intentar intervenciones no autorizadas. Y hasta el momento, Apple no ha anunciado la disponibilidad de piezas o manuales de reparación para los talleres de terceros interesados en ofrecer servicios para las Vision Pro.
Mientras que estas prácticas han generado debates sobre el derecho a reparar, impulsando legislaciones que buscan facilitar el acceso a herramientas, repuestos y documentación técnica para los consumidores y talleres independientes.
Algunos usuarios han regresado sus Vision Pro
Varios propietarios han decidido devolver sus Apple Vision Pro tras enfrentar algunos inconvenientes y entre las principales quejas se encuentran la incomodidad por el peso del dispositivo, deslumbramiento por el brillo de las pantallas, un campo de visión restringido y síntomas de fatiga ocular, que van desde irritación hasta dolores de cabeza después de su uso.
Las gafas de realidad virtual, con un precio inicial de 3.499 dólares, llegaron con la promesa de revolucionar la experiencia en realidad virtual y computación espacial, permitiendo interacciones a través de voz, gestos con las manos y la vista.
Sin embargo, la adaptación a esta tecnología no ha sido del todo satisfactoria para algunos usuarios, quienes aducen también un limitado número de aplicaciones y contenidos de video que justifiquen su elevado precio, y una supuesta reducción de la productividad, incluso al utilizarse como pantalla extra para Mac.
Otros usuarios han reportado sentirse aislados de su entorno al emplear las Vision Pro, dada la ausencia de funciones para experiencias compartidas y las dificultades para ajustar el visor a diferentes usuarios. A pesar de estas quejas, las tasas de retorno, según datos publicados por Bloomberg, se mantienen en un rango que Apple considera “promedio”, comparado con el historial de devoluciones de otros productos de la marca.