El caso del efectivo policial fallecido el lunes por a la tarde, luego de sufrir un presunto mal diagnóstico y consecuentes faltas de atención en el Hospital Escuela, causó profundo pesar dentro de la fuerza. Los restos del oficial ayudante Jorge Omar Gómez, de 30 años, fueron inhumados ayer antes del mediodía y su familia ahora exige a la Justicia, que investigue un posible caso de negligencia médica y abandono de persona. «Lo enyesaron y lo mandaron a la casa sin realizarle todos los estudios. Tres veces fuimos al hospital y se negaron a atenderlo. Estaba todo destrozado por dentro y cuando lo operaron ya fue tarde. Me lo entregaron muerto», dijo ayer María Sosa, la madre del policía, a diario época.
Gómez había sido dado de alta alrededor de las 7, luego que los médicos le enyesaran el brazo derecho, por el tremendo accidente que sufrió alrededor de las 5:30 por avenida Paysandú entre calles Leloir y 659. Volvía hacia su casa cuando perdió el control de la moto Zanella ZR de 150 cc., derrapó y cayó pesadamente a la cinta asfáltica.
«Lo fuimos a buscar con mi esposo y cuando salimos, Omar seguía quejándose de dolores en el estómago y la espalda. Lo llevamos a la casa y el dolor nunca se detuvo, unas horas después volvimos al hospital y nos dijeron que lo que sentía era normal después de un choque como el que tuvo, le aplicaron un calmante. Tampoco funcionó. Para la tarde no se aguantaba el dolor y volvimos al hospital, pero no lo quisieron atender; nos dijeron que todos los médicos traumatólogos estaban ocupados en cirugía. Nadie se tomó la molestia en la guardia, de observarlo de qué eran esos dolores. Nos tuvimos que ir, pero para las 22:30 tuvimos que volver. Mi hijo se retorcía de dolor, estaba sufriendo muchísimo. Mi esposo tuvo que ingresar a la guardia y exigir que alguien lo atienda. Allí le midieron la saturación de oxígeno y se dieron cuenta que era bajísima, lo trasladamos a la Emergencia y recién lo atendieron», contó María a época.
La mujer aún consternada por lo sucedido no puede entender cómo pudo salir del hospital sin que le hagan los estudios completos. «A mi esposo no lo dejaron estar mientras lo atendían. Lo hicieron salir y fue la última vez que lo vio con vida. A las 3:30, salió un médico y nos dijo que lo habían operado por «una pequeña fisura intestinal», pero jamás nos habían informado que lo iban a intervenir, ni pidieron nuestro consentimiento, ni nos preguntaron si era alérgico a algún medicamento. Nada. No nos dijeron nada».
Con el correr de las horas y sin información oficial, la familia del oficial Gómez después se enteró que al ingresar a cirugía, los médicos descubrieron que Omar presentaba politraumatismos, con traumatismo de tórax y abdomen. Este último el más grave, ya que tuvo estallidos de vísceras, del hígado y del vaso; que fue extirpado durante la operación. Además debieron resecar parte del hígado y el intestino e intentar parar las hemorragias. Lo dejaron a estómago abierto para una próxima cirugía. Su presión arterial se desplomó. Estuvo entubado y con respirador. Incluso sufrió un paro cardíaco de unos siete minutos, indicaron fuentes consultadas.
Faltaron estudios
En ese momento, nadie podía explicar cómo semejante daño no fue advertido inicialmente, cuando ingresó tras el accidente. Esto sin lugar a dudas les habría dado a los médicos más oportunidades de salvarle la vida. «Lo trajimos muchas veces para que lo puedan atender y me lo entregaron muerto. Exigimos que se haga justicia. Que los responsables de esto paguen las consecuencias de la negligencia», sentenció María. El oficial ayudante Jorge Omar Gómez fue declarado muerto el lunes poco antes de las 17. La familia confirmó que irán a la Justicia para determinar responsabilidades.
La comisaría Décimo Quinta sigue las diligencias judiciales.
