Javier Milei decidió cancelar la compra de manuales para repartir en escuelas de todo el país. La decisión tensa más la situación con el Grupo Clarín, que buscaba cerrar un negocio de más de 9 mil millones de pesos.
«Es un agujero en la educación y un agujero a las editoriales. Le tiran la responsabilidad por la cabeza a las provincias sin un mango», le dijo a LPO un prestigioso educador luego de que el gobierno confirmara que desistiría del proceso.
En la web comprar.com.ar la contratación aparecía como «Autorizada en proceso» y además de Clarín incluía a Editorial Estrada, Editorial del Árbol y Maipué. Clarín y Estrada habían presentado presupuestos por casi 21 mil millones de pesos totales.
En las últimas semanas el presidente se mostró especialmente agresivo con medios de prensa y algunos periodistas del Grupo Clarín, como Jorge Lanata, fueron blanco de sus criticas. Milei argumentó que su decisión de suspender este año la pauta estatal era el motivo de «la mentira, la difamación, la calumnia» ejercida por algua prensa contra el gobierno. Este mismo lunes, Milei se cruzó con Lanata, que anunció que lo demandará.
En la política era un secreto a voces que el contrato de Clarín por 9 mil millones de pesos, giraba de manera persistente en la tensión del gobierno de Milei, así como el retaso en pagar la deuda por publicidad que el gobierno de Alberto Fernández dejó con ese grupo y que rondaría los 6 mil millones de pesos.
Esta escalada tuvo un pico hace dos semanas cuando el vocero Manuel Adorni anunció que en los próximos días el gobierno publicaría el listado de deudas de publicidad, cosa que finalmente no hizo.
«No dieron los tiempos», fue la explicación que desde el entorno de Sandra Pettovello al reconocer que no comprarían los libros escolares. Desde hace varios años el estado nacional gestiona la compra de libros y los reparte entre las escuelas.
«Hace muchos años que el estado garantiza lo que se enseña en las aulas a través de la compra de libros. Las políticas de dotación de libros de texto existen en todos los países del mundo. La excusa es que la educación es de las provincias, pero antes también era de las provincias y el estado nacional compraba los libros», señaló el educador consultado.