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    Especialistas resaltan la necesidad de cuidar la salud cardiovascular desde la infancia

    En el grupo de las enfermedades crónicas no transmisibles, las cardiovasculares (ECV) son la causa de mayor mortalidad en el mundo. En los países pobres, exacerbadas por la pandemia, superan al cáncer y los accidentes de tránsito con un nivel de riesgo que depende del sexo y la edad.

    Estas enfermedades afectan al corazón y a los vasos sanguíneos (atero y arterioesclerosis), causando infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, accidente cerebrovascular, demencia, hipertensión arterial (HTA), compromiso renal y arteriopatía periférica y placentaria. La evolución es implacable, salvo que sean diagnosticadas y tratadas temprana y adecuadamente desde la fase subclínica, con morbimortalidad progresiva.

    La ECV inicia en la infancia de manera insidiosa, oculta y con evolución implacable: niños y adolescentes la desarrollan, más aún con factores de riesgo como el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo y la mala alimentación.

    La obesidad, un alarmante

    La OMS (Organización Mundial de la Salud) define a la obesidad como una enfermedad multifactorial por acumulación anormal de grasa corporal perjudicial para la salud. Está fuertemente asociada a comorbilidades cardiometabólicas como hipertensión arterial (HTA), dislipidemia (DSLP), insulinorresistencia (IR), diabetes tipo 2 (DBT), síndrome metabólico (SM) y enfermedad del hígado graso no alcohólico. Todas conducen a atero y arterioesclerosis inicialmente subclínicas generando muerte prematura.

    Una estrategia de cuidado infantil es brindar educación y oportunidades para probar opciones dietéticas saludables y actividad física. (Foto: Adobe Stock)
    Una estrategia de cuidado infantil es brindar educación y oportunidades para probar opciones dietéticas saludables y actividad física. (Foto: Adobe Stock)

    “La obesidad y la diabetes, especialmente tras la pandemia, están aumentando alarmantemente entre niños y adolescentes, y tienen un impacto significativo en su salud cardiovascular. Estas comorbilidades elevan el riesgo de desarrollar hipertensión, dislipidemia y aterosclerosis a una edad temprana, lo que puede llevar a complicaciones graves con secuelas neurológicas y cardiológicas (infarto) como la insuficiencia o falla. Es crucial abordarlas y manejarlas de manera temprana y efectiva”, relata la cardióloga pediatra y jefa de la División de Cardiología del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez, Angela Sardella (MN 59861).

    “En primer lugar, la alimentación es fundamental comenzando desde la vida fetal. Una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras y baja en azúcares y grasas saturadas ayuda a mantener un peso saludable, regular el colesterol y prevenir la diabetes, dislipidemia e hipertensión. Concientizar a los padres sobre la salud cardiovascular de sus hijos es crucial porque los hábitos adquiridos en la infancia influyen significativamente en la salud del corazón a lo largo de la vida. Prevenir los factores de riesgo desde temprana edad es esencial para reducir la probabilidad de enfermedad cardiovascular en la adultez”. Para una vida más sana y longeva, la cardióloga aconseja:

    • Enseñar hábitos saludables.
    • Dieta equilibrada.
    • Ejercicio regular.
    • Reducir el tiempo de pantalla.

    Señales tempranas

    “Cuando un niño nace con una salud cardiovascular ideal, es decir aquella donde no se instalaron aún los factores de riesgo, el objetivo es preservarla a lo largo de la vida, evitando la ateroesclerosis y el envejecimiento vascular acelerado, realizando prevención primordial. Si los factores de riesgo ya están presentes, pero sin enfermedad, debemos realizar prevención primaria. Promover la salud cardiovascular desde la infancia, incluyendo una dieta adecuada, ejercicio, y monitoreo regular, es la clave para preservar una salud cardiovascular ideal”, cuenta Sardella.

    “Las ECV suelen ser silenciosas y subclínicas hasta que se manifiestan con un evento grave o progresivo. Los niños con factores de riesgo clásicos (obesidad, sedentarismo, hipertensión), y comorbilidades (cardiopatías, diabetes, enfermedades renales, entre otras) presentan un riesgo elevado de desarrollar ECV. Aunque pueden parecer sanos, es crucial estar atentos, ya que los síntomas suelen aparecer cuando la enfermedad ya está avanzada”, continúa.

    El cardiólogo pediatra tiene que ampliar la mirada desde la cardiopatías a la prevención cardiovascular. (Foto: Adobe Stock)
    El cardiólogo pediatra tiene que ampliar la mirada desde la cardiopatías a la prevención cardiovascular. (Foto: Adobe Stock)

    Continúa: “Además, los niños con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares tienen un mayor riesgo y requieren una vigilancia más estricta. Y en los niños con cardiopatías, es crucial entender la diversidad de la condición: las cardiopatías simples pueden tratarse completamente, mientras que las de mayor complejidad pueden requerir nuevas intervenciones y dejar secuelas. Aunque no se puede cambiar la anatomía o fisiología de la cardiopatía, es posible prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares adquiridas, como la aterosclerosis subclínica, que puede afectar a órganos ya comprometidos e incluso la placenta en mujeres”. Para prevenir complicaciones, es esencial:

    • Seguimiento médico regular.
    • Estilo de vida saludable adaptado a sus necesidades.
    • Ejercicio recreativo.

    La American Heart Association (AHA) en 2023 difundió una aplicación My Life Check” gratuita basada en un artículo llamado “Life’s Essential 8″. En ella, se incluyen ocho componentes métricos de SCV:

    • 4 comportamientos de salud: dieta, actividad física, exposición a la nicotina, sueño,
    • 4 factores saludables: IMC, lípidos y glucosa en sangre y presión arterial.

    La app es de descarga gratuita tanto para Android como iOs y cuenta con un esquema de colores que se correlacionan con los percentilos para cada variable, en relación a la edad y al sexo. “Así se puede definir cuál es el score de SCV, según métrica de colores que varían desde 0 (rojo) a 100 (verde). Si bien los médicos tuvimos la idea y el aval científico, el físico Claudio Grasso implementó y diseño la app”, resalta Sardella.

    “Vamos a realizar un evento el 27 de setiembre en ocasión del Dia Mundial del Corazón. El propósito es concientizar a padres y pacientes sobre la importancia del cuidado del corazón y arterias previniendo la enfermedad cardiovascular tanto en pacientes “sanos” y con cardiopatías y comorbilidades e instruir sobre maniobras de RCP. Contamos con el aporte incondicional de Red Pediátrica, de laboratorios y Danone. Todo auspiciado por la Sociedad de Cardiología de Buenos Aires (filial de la Federación Argentina de Cardiología) y la Dirección del Hospital”, cierra.

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