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    En el kirchnerismo temen que el gobierno consiga más diputados peronistas para votar el RIGI

    El bloque de Unión por la Patria (UP) en la Cámara de Diputados podría sufrir nuevas fugas al momento de votar en particular el capítulo del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), con las modificaciones del Senado.

    Cuando se aprobó la media sanción, el peronismo aportó el voto de seis legisladores pero los cambios introducidos y la «cacería de traidores» que un sector del kirchnerismo aplicó tanto sobre la jujeña Carolina Moisés como así también los federales Edgardo Kueider y Carlos «Camau» Espínola gatillarían más apoyos dentro de la bancada que conduce el santafecino Germán Martínez.

     

    Fuentes parlamentarias dijeron a LPO que la preocupación se expande al interior de UP. «La ley ya se votó y ahora solo queda ratificar las modificaciones de los senadores», expresó un diputado que votó el RIGI por la afirmativa, acaso para desdramatizar la situación.

     

    Ya el 30 de abril pasado, los catamarqueños Silvana Ginocchio, Dante López Rodríguez y Fernanda Ávila acompañaron con su voto a favor el articulado del RIGI, mientras que Sebastián Nóblega se abstuvo. Por su parte, los sanjuaninos Walberto Allende, Ana Aubone y Jorge Chica también se pronunciaron por la positiva, contabilizando el sexteto que apoyó al gobierno entonces y refrendaría esa postura ahora.

     

    Sin embargo, no serían los únicos entre los peronistas. El jujueño Guillermo Snopek, quien estuvo ausente en la votación anterior, medita su voto por estas horas.

    En tanto, se tiende un manto de sospechas sobre el tucumano Pablo Yedlin, que responde a Juan Manzur. La incógnita reside en el voto a favor para el RIGI de la senadora Sandra Mendoza, que se encolumnó con el ex gobernador para el rechazo en general pero cumplió con los designios de Osvaldo Jaldo para la votación en particular.

     Si hay tantos traidores, hay que preguntarse qué pasa con la conducción

     

    Las dudas se extienden, además, hacia los legisladores de Santiago del Estero. Esa provincia cuenta con siete bancas y todas se identifican con el gobernador Gerardo Zamora, un mandatario que hace equilibrio entre la fracción kirchnerista y los intereses de su distrito, y que demanda la apertura para inversiones estratégicas para el desarrollo en materia económica.

    Como sea, la crítica rabiosa contra Moisés, que incluyó un tuit del ex secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, y otro de la diputada Leila Chaher, que fue derrotada por la senadora jujeña en las PASO de 2023, generó malestar entre los legisladores que reniegan del modelo de conducción política que todavía mantiene el kirchnerismo a pesar del saldo electoral del año pasado.

    En los pasillos del Congreso circulan con la misma intensidad las promesas del gobernador Raúl Jalil a Moisés para apoyarla en una eventual candidatura a gobernadora y las limitaciones políticas de los peronistas del AMBA para comprender que en jurisdicciones del noroeste argentino los dirigentes buscan con desesperación capitales que les permitan darle otra escala a sus ramas productivas.

    Los casos de Kueider y Espínola también habilitaron consignas ofensivas, al decir de un legislador de UP. «Si hay tantos traidores, hay que preguntarse qué pasa con la conducción», soltó.

     

    Si la aritmética y las inclinaciones políticas confluyeran, podría haber alrededor de 16 diputados en condiciones de aportar su voto para el RIGI entre los 99 miembros de UP. «¿Qué van a hacer? ¿Nos van a expulsar a todos por traidores?», ironizaba uno de los que distingue entre la proyección de su provincia y la agenda metropolitana del peronismo.

     

    LPO consultó al entorno de Martínez pero al cierre de este artículo no había obtenido respuesta.

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