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    El accidente de Agustín Sullivan en la mesa de Juana Viale por el que terminó llenó de salsa de chocolate

    Caídas de copas, problemas con tortas de cumpleaños e inconvenientes con los platos fueron parte de los accidentes que tuvo la mesa de Mirtha Legrand en sus 56 años de historia. Al igual que en el ciclo de su abuela, Juana Viale vivió uno de esos momentos, pero fue más precisamente Agustín Sullivan el que terminó teniendo un inconveniente con el postre que sirvieron en la última emisión del programa.

    Fue cuando la conductora le pidió al actor que cuente de qué se trata Virgen Rosa, el filme que ambos protagonizan y que se estrena este jueves. “Estrenamos película acá con Juana el 14 de noviembre en los cines…”, comenzó diciendo, momento en el que al mover sus brazos terminó con el puño de su traje y parte de su mano enchastrado de una salsa de chocolate que estaba dentro de un bowl en su plato. En ese momento las risas se desataron.

    “¡La Virgen Rosa está bendecida, querido!”, lanzó el Chino Leunis, otro de los invitados, mientras una colaboradora del programa lo ayudaba a limpiarse del desastre que se había armado. “¡En el traje!”, observó Mica Vázquez, al advertir que una de sus mangas en la parte de adentro también estaba manchada. Carola Reyna, que también estaba en el ciclo, le vaticinó lo mejor a su película. “Éxito asegurado. Mi abuela diría ‘alegría, alegría’”, lanzó, mientra le tocaba la frente al actor que ganó popularidad en la serie sobre Sandro.

    Agustín Sullivan con las manos y el puño de su traje cubierto de salsa de chocolate (Almorzando con Juana, El Trece)Agustín Sullivan con las manos y el puño de su traje cubierto de salsa de chocolate (Almorzando con Juana, El Trece)

    Juana, por su parte, quiso salir del momento pero no pudo seguir aguantando la risa. “Mientras Agus se limpia el bardo que hizo…”, comentó, con humor mientras se llevaban el plato y unos minutos después le reponían su postre. “¡Lo va a mandar a la tintorería!”, siguió el Chino, luego de que Agustín contó que le habían prestado el traje para asistir al programa.

    Luego de que dieron un adelanto de la película, en la que Juana y Agustín interpretan a unos hermanos que buscan peregrinar a Luján para pedir por la salud de su padre, Jimena Monteverde apareció para presentar su plato. “Es un mini almendradito y la salsa de chocolate hay que volcarla arriba”, detalló, dándole el pie para que la animadora remate la situación. “Es lo que hizo Agus, pero él se la echó encima”, concluyó, risueña.

    En el ciclo Agustín contó que uno de sus pasatiempos es viajar y que, aunque le gusta hacerlo con amigos, prefiere realizarlos sin acompañante. “Me gusta viajar solo”, aseguró, mientras la animadora ironizaba sobre sus gustos. “Le gusta viajar solo, los días nublados y no toma alcohol”, lo molestó. Allí contó que disfruta de escribir y que está realizando un proyecto en esa dirección, del que prefirió no entrar en detalles.

    Agustín Sullivan, Juana Viale y Carolina Kopelioff en "Virgen Rosa", el filme de Dennis Smith Agustín Sullivan, Juana Viale y Carolina Kopelioff en «Virgen Rosa», el filme de Dennis Smith

    “Uno es creador de su propia realidad y uno es muchas cosas. Todos somos muchas cosas y todos somos creadores de nuestra propia realidad. Entonces, bueno, es lo que uno va sintiendo y haciendo”, aseveró, sobre sus búsquedas personales.

    Su última película está dirigida por Dennis Smith en tres hermanos se enfrentan tanto a sus recuerdos como a las fracturas familiares. La historia, situada en un escenario abandonado y consumido por la naturaleza, crea una atmósfera de aislamiento y nostalgia. A lo largo de su peregrinaje en una fábrica derruida, los hermanos Rosa, Noé y Josefina exploran los rincones de su memoria y la carga de los secretos, mientras intentan reconciliarse con un pasado doloroso.

    La fábrica, como un espacio que se convierte en su mundo cerrado, se transforma en una metáfora del confinamiento emocional y la imposibilidad de escapar de los propios recuerdos. En esta historia, la Virgen Rosa no solo representa un ícono de fe, sino una figura desgarrada y remendada, reflejo de los intentos fallidos de reconstrucción familiar y sanación de heridas que parecen imposibles de cerrar.

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