El vicepresidente del Banco Nación, Darío Wasserman, es el elegido por Karina Milei para negociar los temas de poder real con la administración porteña de Jorge Macri y apuesta a ser el armador libertario para la Ciudad para las próximas elecciones. Es uno de los grandes jugadores del real estate porteño que hizo su fortuna durante el gobierno de Mauricio Macri cuando trabajaba bajo el ala del entonces ministro Francisco «Pancho» Cabrera.
En el macrismo, Wasserman estuvo a cargo de Garantizar, la aseguradora de las aseguradoras. Socio de «Pancho» Cabrera y de Ignacio Pérez Riba, el vice del Nación tiene un pie en el mundo de las finanzas y otro en el desarrollo inmobiliario.
Como reveló LPO en exclusiva, fue quien intentó continuar en el inicio del gobierno libertario con el negociado de los seguros, que cruza a peronistas y macristas. Lo hizo junto a otro hombre clave de Karina, el riojano Lule Menem, pero la denuncia que filtró el cordobés Osvaldo Giordano les detonó el sistema que buscaban administrar.
Sus contactos con el macrismo son importantes. En 2021, Wasserman consiguió un convenio urbanístico que le permitió duplicar la superficie constructiva de una torre en Arcos al 1800. Una estimación conservadora indica que ganó casi 10 millones de dólares con la maniobra.
Desde la vicepresidencia del Banco Nación, maneja una enorme caja publicitaria. Como contó LPO, la histórica operadora Alejandra Rafuls es la encargada de distribuir los fondos canalizados a través de la agencia Tonal de los hermanos Noguer.
En el primer tramo del gobierno libertario se alineó con el entonces jefe de Gabinete, Nicolás Posse y hasta maniobró para tratar de sostenerlo en el cargo. Cuando su caída fue inevitable, potenció su relación con la hermana del Presidente.
Su buena llegada al macrismo hizo que Javier Milei y Karina le confiara la relación con el oficialismo porteño. Su tarea no se limita a cuestiones legislativas, sino que negocia transferencias de terreno y algunas cuestiones más subterráneas. Ahora quiere expandirse a la política y buscó en ese rol contactarse con el peronista Juan Manuel Olmos, hombre fuerte del peronismo porteño.
Ahora, en medio de la guerra abierta con el PRO, Wasserman buecará liderar el armado territorial de La Libertad Avanza en la Capital, objetivo central de Karina Milei, que sueña con ser candidata a Jefa de Gobierno.
La relación con Karina comenzó hace más de un año, cuando la hermana presidencial visitaba en plena campaña las oficinas de Wasserman, que colaboraba con el armado libertario. Si bien las reuniones no eran demasiado extensas, trabaron una excelente relación.
Pero el vínculo también se extendió a María del Pilar Ramírez, esposa del vice del Banco Nación y, en ese momento, su secretaria. Mientras esperaba que la atendiera Wasserman, la hermana de Milei conversaba con su esposa y se terminaron haciendo amigas. Meses más tarde, la elegiría como presidenta de bloque de La Libertad Avanza en la Legislatura.
A pesar de haber pertenecido a La Cámpora y de haber trabajado en la estratégica Gerencia de Marketing de Aerolíneas Argentinas durante la gestión kirchnerista, Pilar Ramírez desembarcó en el parlamento porteño.
Con el recambio legislativo, Karina ordenó que Ramírez reemplazara a Marra como presidenta de bloque. Eso desató una pelea por el uso del nombre LLA que aún no está definida. Como parte de un acuerdo con Jorge Macri, los libertarios recibieron la estratégica comisión de Planeamiento. El cargo que no tiene mucha prensa, pero por allí pasarán los principales negocios de la Ciudad durante la discusión del Código Urbanístico.
Por sus intereses en el real estate, Wasserman hubiera querido que su esposa se quedara con la comisión, pero como Pilar Ramírez fue elegida para liderar el bloque, Edgardo Alifraco terminó como presidente de Planeamiento. El problema es que meses después de ser elegido, estalló la pelea entre Zago y Karina y Alifraco se cambió de bando.
Tal vez en unos meses, cuando la Legislatura apruebe el nuevo código urbanístico, Wasserman pueda quitarse una espina que lleva clavada desde hace tres años. Además de la torre de Arcos, la familia Wasserman había presentado otro convenio urbanístico para construir una torre en un enorme garage ubicado en avenida Córdoba y Reconquista. El proyecto no pasó el filtro de los diputados porteños y se cayó un enorme negocio.