Patricia Bullrich le trasladó a Pullaro la disconformidad con el desenvolvimiento del ministro de Seguridad provincial, Pablo Cococcioni, y le exigió su salida. Cree que el funcionario es un obstáculo para la coordinación entre la policía local y las fuerzas federales que operan en Rosario y le cuestiona «la soberbia con la que declara en momentos que hay que ser muy cauto», dijeron fuentes oficiales a LPO.
Luego de la trágica ola de asesinatos mafiosos de dos taxistas, un colectivero y el empleado de una estación de servicios, donde los narcos le declararon la guerra al Estado, Bullrich cuestionó la foto que publicó en sus redes Cococcioni horas antes de la seguidilla de homicidios donde se ven a presos de alto perfil ordenados en hilera en un pabellón carcelario al estilo Bukele: «no podemos tener gente dando vueltas y dar la imagen de que ya ganamos», dijo la ministra.
Ahora, Bullrich le pidió a Pullaro que corra a su ministro en medio de una ola de amenazas que puso en alerta a Rosario. En la noche del lunes, cuatro colectivos fueron atacados a balazos que de milagro nadie resultó herido, dejaron casquillos de balas en la puerta de una escuela y dispararon contra un super chino donde dejaron un cartel amenazando a políticos, periodistas y cualquiera que ande por la calle.
Las agresiones sincronizadas a los ómnibus generaron la suspensión inmediata del servicio que recién se establecerá el miércoles a primera hora luego de una reunión de autoridades con la UTA donde se activará un nuevo esquema de protección a los choferes.
Previamente, en la conferencia de prensa de este martes a la mañana, el ministro Cococcioni dijo que «los choferes saldrán a trabajar cuando se sientan seguros», declaraciones que cayeron mal en el ministerio nacional: «antes decían que la inseguridad era una sensación y ahora nosotros no podemos decir que la seguridad es una sensación», se quejaron en el entorno de Bullrich.
La ola de amenazas sumergió a Rosario en el desánimo y el miedo que, sumado a la recesión, tuvo un impacto brutal en el comercio, sobre todo en el sector gastronómico que termina de complicar la situación económica de la ciudad.
En rigor, la cantidad de homicidios respecto al año pasado descendieron más de la mitad. En 2023, a esta altura del año, Rosario contabilizaba más de 80 homicidios, ahora se produjeron 32. Sin embargo, los crímenes a trabajadores al azar, sin que las víctimas tuviesen algún vínculo con el negocio narco, abrió una nueva escalada.
Es que los ataques y amenazas se convirtieron en un desafío abierto al gobierno como consecuencia de las restricciones en las condiciones carcelarias a los integrantes de bandas mafiosas. «Por eso, hay que ser muy prudentes en todo lo que se dice y se hace», dijeron fuentes de seguridad a este medio.
Días atrás, las fuerzas federales detuvieron a Alan del Clan Tripi, una banda del Fonavi Parque Oeste que estaba prófugo hacía cinco años y se lo acusa de vender drogas en cuatro minimarkets de la zona. «No puede ser que hacía cinco años que tenía pedido de captura y lo encontramos en la casa», dijo un funcionario a este medio.
Desde el entorno del gobernador Pullaro negaron que haya habido un pedido de Bullrich para echar a Cococcioni: «a Maxi nadie le pone ni le saca ministros», dijeron a LPO y defendieron lo actuado: «falta un montón pero teniendo en cuenta lo que recibimos, logramos bajar los homicidios, los heridos y aumentamos la presencia de fuerzas provinciales en las calles».
«Tenemos problemas para conseguir más patrulleros porque las terminales automotrices no pueden entregar pero está la decisión de duplicarlas de inmediato, por lo tanto, es raro que haya disconformidades», explicaron a este medio.