El gobierno de Bolivia tuvo un gesto que marca la distancia y molestia de Luis Arce con el gobierno de Javier Milei.
Esta semana, el presidente boliviano Luis Arce y su canciller, Celinda Sosa, recibió las cartas de seis nuevos embajadores en un acto oficial en el que fue excluido el representante argentino.
El Jefe de Estado recibió a los representantes diplomáticos de Arabia Saudita, Zimbabue, Surinam, Eslovenia, Tailandia e India pero ignoró al embajador argentino Marcelo Massoni, a quien mandaron a una reunión privada en soledad en un frío acto protocolar.
Las diferencia de Milei con el MAS boliviano son ideológicas. Ante de la asunción del presidente argentino, Arce propuso a los bolivianos en Argentina a volver al país y surgió «parar las orejas» por la llegada del libertario.
Sin embargo, a diferencia de las tensiones explicitas con Brasil, China, México o Colombia, Milei no disparó dardos contra los bolivianos. La tensión volvió cuando a mediados de abril, Patricia Bullrich, dijo que fuerzas paramilitares iraníes estaban operando en la frontera.
El gobierno boliviano respondió rápidamente, desmintió las acusaciones y pidió una rectificación de la ministra de Seguridad que nunca llegó. Esto, afectó la relación.
Otro punto de discordia está ligado con el propio embajador Massoni por el hecho de ser parte del PRO, ya que, el funcionario llega al cargo de la mano de Jorge Faurie.
Según pudo averiguar LPO con fuentes diplomáticas, la pertenencia del diplomático al partido de Mauricio Macri es un problema porque en el gobierno de Bolivia consideran que el ex presidente fue parte del golpe de Estado contra Evo Morales en 2019 e inclusive está mencionado en las causas judiciales por haber enviado armas antidisturbios para las fuerzas de seguridad que reprimieron las movilizaciones.
En ese sentido, cabe recordad lo que publicó LPO en exclusivo, cuando Faurie ordenó no asistir a Evo Morales cuando estaba yéndose de Bolivia, decisión que no fue acatada por el entonces embajador en Perú, Jorge Yoma.
