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    Bioeconomía: lo que parecía el futuro, es el presente

    El Gobierno cambió de nombre a la Secretaría de Agricultura por Secretaría de Bioeconomía, una decisión que no está aislada de lo que está sucediendo en el mundo y que invita a reflexionar sobre los diferentes paradigmas de la economía

    Por un lado, el modelo económico tradicional se centra en la extracción y el agotamiento de recursos finitos. Las economías tradicionales enseñan la importancia de la sostenibilidad, el respeto por los recursos naturales y la interdependencia comunitaria. Aunque difieren en muchos aspectos de las economías de mercado modernas, su existencia demuestra que hay diferentes formas de organizar la producción y distribución de bienes y servicios en una sociedad.

    En cambio, la bioeconomía se perfila como una respuesta innovadora y necesaria para los desafíos actuales que enfrentan el país y el mundo. Este enfoque reconoce el valor de los recursos biológicos y busca integrarlos en una economía circular y regenerativa. No es sorpresa que cada vez más gobiernos estén adoptando esta perspectiva, reconociendo sus ventajas, tanto para la sociedad como para el medio ambiente.

    Este enfoque reconoce el valor de los recursos biológicos y busca integrarlos en una economía circular y regenerativa

    • Europa, por ejemplo, ha invertido significativamente en investigación y desarrollo en este campo, reconociendo el potencial de la bioeconomía para impulsar la innovación, la competitividad y la sostenibilidad. Pero para no ir tan lejos, y hacer un paralelismo con países más similares al nuestro, alcanza con ver lo que sucede en América Latina.
    • Brasil cuenta con diversos programas que promueven el desarrollo de la bioeconomía. Colombia se guía por la “Política Nacional de Biodiversidad” (1996) que promueve la gestión integral de la biodiversidad de manera que se mantenga la resiliencia de los sistemas socio-ecológicos o con el “Programa Nacional de Biocomercio Sostenible 2014-2024″ con el objetivo de facilitar la construcción colectiva de negocios sostenibles que potencien la equidad y la justicia social.
    • México se centra en la “Estrategia Intersectorial de los Bioenergéticos” (2009) para avanzar en el desarrollo de la descarbonización del país.
    • Paraguay tiene la “Estrategia Nacional y Plan de Acción para la Conservación de la Biodiversidad 2015-2020″ y la “Política y Programa Nacional de Biotecnología Agropecuaria y Forestal” (2011).

    Beneficios y perspectivas

    La bioeconomía ofrece una perspectiva más equilibrada y resiliente que el método tradicional.

    En lugar de agotar los recursos, busca aprovechar su potencial de manera sostenible, promoviendo la diversificación económica y la creación de empleo en sectores como la agricultura, la silvicultura, la pesca y la biotecnología.

    En lugar de agotar los recursos, la bioeconomía busca aprovechar su potencial de manera sostenible, promoviendo la diversificación económica y la creación de empleo en sectores como la agricultura, la silvicultura, la pesca y la biotecnologíaEn lugar de agotar los recursos, la bioeconomía busca aprovechar su potencial de manera sostenible, promoviendo la diversificación económica y la creación de empleo en sectores como la agricultura, la silvicultura, la pesca y la biotecnología

    Los beneficios de la bioeconomía son múltiples y tangibles. Desde una reducción en la dependencia de los combustibles fósiles hasta la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad, este enfoque nos brinda la oportunidad de redefinir nuestra relación con la naturaleza. Además, fomenta la innovación tecnológica y la colaboración entre sectores, creando un ecosistema económico más dinámico y adaptable a los desafíos del siglo XXI.

    Argentina se encuentra frente a una enorme oportunidad por su gran capacidad productiva, la existencia de emprendedores que promueven la innovación y científicos reconocidos a nivel internacional. Las posibilidades de exportar conocimiento al mundo son reales y posibles.

    Argentina se encuentra frente a una enorme oportunidad por su gran capacidad productiva, la existencia de emprendedores que promueven la innovación y científicos reconocidos a nivel internacional

    En este punto es preciso remarcar que los productos que provengan de fuentes renovables, el modelo productivo de reducción de huella de carbono, la economía circular y los bioinsumos, fundamentales en un país agrícola, son la punta de lanza de este profundo cambio.

    El cambio de paradigma ya no es una mera posibilidad, sino una realidad. Muchos empresarios vienen trabajando hace años en este modelo económico y hay extensas pruebas de que este es el camino más próspero. El futuro ya es el presente, y es responsabilidad de todos fomentar esta transformación sostenible.

    El autor es presidente de Agro Sustentable

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