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    La pelea de Lousteau y De Loredo pone en riesgo una cumbre de la UCR en Córdoba

    La liturgia radical tiene condimentos que muchas veces resultan inamovibles, imperturbables ante cualquier tipo de contexto que amenace con generar alguna modificación de su folklore. Un ejemplo claro de ello es el tradicional encuentro del radicalismo nacional en Villa Giardino, una localidad en las serranías cordobesas en las que habitualmente la UCR dirime su presente y debate su futuro.

     

    Lo notorio es cómo el escenario de fricción actual entre el senador nacional y presidente del Comité Nacional, Martín Lousteau, y el jefe del bloque en Diputados, Rodrigo de Loredo, puede quedar expuesto. Desde hace semanas, todos en el radicalismo saben que la relación entre el titular de la UCR Nacional y el cordobés no atraviesa su mejor momento y los hechos así lo demuestran.

     

    Los guiños de De Loredo a la gestión del presidente Javier Milei, como también el diálogo habitual entre el cordobés y el asesor Santiago Caputo, chocan con las críticas reiteradas que el senador le hace a la administración del libertario.

     

    Pero este hecho, que es la posibilidad de modificar o hasta cancelar el encuentro en las sierras de Córdoba, ratifica la tensión entre ambos.

     

    A saber: el cronograma está fijado en Villa Giardino para el 10 y 11 de mayo; y la convocatoria al presidente del Comité Nacional es un gesto protocolar del radicalismo cordobés a la cúpula del partido que se repite en cada edición. Incluso, en momentos de enormes diferencias entre la UCR cordobesa y la dirigencia nacional.

     

    Ahora, lo que pudo conocer LPO es que el entorno de De Loredo busca bloquear el encuentro, vaciarlo o hacerlo condicionando la organización a la presencia de Lousteau. «Hay que ‘provincializarlo'» dijo el lunes pasado un histórico dirigente de la UCR cordobesa como el legislador provincial Miguel Nicolás. Hombre cercano a De Loredo actualmente y uno de los que participó en la reunión del Comité Provincia el pasado lunes donde se debatió, entre otras cuestiones, qué hacer con Villa Giardino.

     

    De hecho, después de esa reunión el mismo lunes hubo un Zoom del que participó el propio De Loredo y que varios en la UCR lo tomaron como un anticipo del operativo clamor que intentan hacer con el diputado. En desventaja en el último tiempo por la escalada de protagonismo que tuvo el senador Luis Juez en la disputa interna que tiene la oposición cordobesa.

     

    Ahí, en el encuentro virtual el jefe del bloque en la Cámara baja trató de bajar los decibeles a la tensión con el senador y varios de los que participaron buscaron impulsarlo. Principalmente, para que se convierta en el líder de un partido que no tuvo internas y que las postergó para la segunda mitad del 2024, después de las elecciones en Río Cuarto que se llevarán adelante a mediados de este año. Hecho que le quitó efervescencia al mundo UCR en Córdoba, pero que ahora se ve reactivado por dos cuestiones.

    La pelea de Lousteau y De Loredo pone en riesgo una cumbre de la UCR en Córdoba

     

    La primera, es la lucha entre los que quieren encuentro en Giardino y aquellos que lo ven como un escenario inadecuado en un contexto incómodo: posterior a la discusión de la Ley Bases que pueda darle a Milei un respaldo de los radicales en Diputados. Por lo menos, de los cordobeses.

     

    La otra cuestión es más endodérmica y se trata de la pelea por una de las sillas en la AGN. De Loredo quiere tapar cualquier chance de que ese lugar sea para el exdiputado Mario Negri e impulsa al puntano Alejandro Cacace. El problema es que el bloque debe definir un solo nombre y es por ello que Negri ya tejió acuerdos con Lousteau y con el diputado Facundo Manes, los dos rivales circunstanciales de De Loredo. Al punto, que el caudillo radical podría convertirse en el anfitrión de ambos en Giardino, pese al descontento del deloredismo y otros sectores radicales.

     

    Si Negri ve que De Loredo condiciona su futuro en la AGN, la interna cordobesa tomará temperatura. Más porque hay un argumento del entorno de De Loredo que enojó mucho al caudillo y es la edad. «No podemos votar un pliego para que una persona esté en un cargo hasta que cumpla 80 años», razonan los que están cerca del actual diputado.

     

    La otra duda es cómo se moverá el otro jugador: el exintendente Ramón Mestre. Este martes, una persona que sigue el minuto a minuto de la UCR, sostuvo: «hoy tiene preocupaciones más importantes», en referencia a la causa que contó LPO por la que se investiga el lavado de dinero de un empresario de su extrema confianza.

     

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