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    Ola de robos en el Banco de Alimentos: «ver a niños robando fue la gota que derramó el vaso»

    Con más de 50 robos en cuatro meses, la organización solidaria enfrenta un desafío moral y operativo.

    El Banco de Alimentos de Resistencia, una asociación sin fines de lucro dedicada a rescatar alimentos distribuirlos entre 120 merenderos y comedores de la región, se ve amenazada en su labor solidaria por una ola masiva de robos. Juan Frangioli, referente de la organización, reveló a Radio Nordeste que en los últimos cuatro meses han sufrido más de 50 robos, lo que pone en peligro su capacidad para asistir a más de 20.000 personas vulnerables.

    “El motivo de salir a los medios es visibilizar lo que nos está pasando. Tratamos de mantener un perfil bajo, pero esta situación nos supera”, expresó Frangioli, quien destacó que los delincuentes llegan a hacer boquetes en las paredes del depósito para ingresar.

    La gravedad de los hechos quedó evidenciada el último fin de semana, cuando las cámaras de seguridad registraron a niños participando en los robos. “Ver niños robando fue la gota que derramó el vaso. Nos dimos cuenta de que el problema es más grande de lo que podemos manejar solos”, agregó.


     

    Un trabajo indispensable, pero bajo amenaza

    El Banco de Alimentos recibe donaciones de empresas, supermercados e industrias alimenticias, con un promedio mensual de 50.000 kilos de alimentos distribuidos, principalmente no perecederos como harina, arroz, azúcar y fideos. También cuenta con un depósito refrigerado para lácteos donados por su corta vida útil.

    Rescatamos alimentos aptos para el consumo, aunque no puedan ser vendidos, como productos con el packaging dañado o bloqueados por fecha de vencimiento. Nuestro desafío es entregarlos antes de que se venzan”, explicó Frangioli.

    La organización opera gracias al esfuerzo de 30 voluntarios y enfrenta una creciente demanda debido al contexto económico. Aunque asisten regularmente a 120 merenderos, mantienen una larga lista de espera. “La necesidad es grande, pero nuestra capacidad tiene un límite. Preferimos entregar bolsones con valor nutricional antes que repartir pequeñas cantidades a más personas”, sostuvo.

    La lucha constante contra la inseguridad

    Los robos no solo representan pérdidas materiales, sino también un golpe moral para quienes trabajan en el Banco de Alimentos. “La gente mala se aprovecha de la situación. Estos hechos desaniman a los voluntarios, cuyo único fin es colaborar”, lamentó Frangioli.

    El depósito de la organización está ubicado en una zona vulnerable, rodeada de monte y barrios con altos índices de pobreza. Aunque mantienen contacto permanente con la policía de la Comisaría 13ª, la protección es insuficiente. “En el pasado, una donación del Banco del Chaco nos permitió contar con seguridad 24 horas, pero hoy debemos destinar recursos limitados a este servicio en lugar de alimentos”, detalló.

    Frangioli instó a la comunidad y a las autoridades a brindar apoyo para superar esta crisis. A través de su cuenta de Instagram, Banco de Alimentos Resistencia, reciben donaciones económicas y logísticas. 

    Ojalá que esta visibilización sirva para que hablemos pronto de mejores noticias. Queremos seguir ayudando, pero necesitamos ayuda también”, concluyó.

     

    N9

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