La diseñadora de Chloé, Chemena Kamali, confirmó este jueves con su segunda colección en la Semana de la Moda parisina su vuelta a las raíces “bohemia chic”de la marca, con un desfile fresco y soleado.
En Chloé, como en Dior o Courrèges, predomina el blanco, el negro y el beige de cara a la primavera y verano de 2025, sin olvidar lo que la llevó a convertirse en la marca de lo “hippie”: los estampados florales.
Los vestidos son amplios y transparentes, las faldas evasées, a veces cortadas de forma asimétrica, muy cortas por delante, una larga cola por detrás.
Bodies ceñidos al cuerpo, con encaje. Grandes gafas de sol estilo 1970.
Si hace frío, la mujer Chloé se pone un abrigo talla XXL de cuero o gabardina, con pliegues.
En los pies, sandalias de plástico de colores pastel.
Como complemento, bolsos trenzados, grandes bolsas de cuero.
“Los tejidos están descoloridos por el sol, lavados y gastados, mezclando lo cuidado con lo simple”, explicó la directora artística de la marca en sus notas de desfile.
Kamali utiliza encajes de guipur con jersey de algodón acanalado, o seda Habotai, que da un aspecto más rústico a la ropa.
“Quise capturar esa ansia del verano y la manera cómo el verano te hace sentir: (…) sensual, alegre”, explicó.
Chemena Kamali asumió las riendas de Chloé a principios de año tras la salida de la uruguaya Gabriela Hearst, que presenta a su vez su propia colección el sábado en París.