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    Adicción al celular: cómo ayudar a alguien que no puede dejar el teléfono

    Cada vez más se habla de cómo la adicción al celular o nomofobia es un problema de salud pública. Pero esta vez queremos detenernos en un aspecto lateral: ¿cómo nos impacta esta adicción cuando aparece en nuestros vínculos cercanos? Porque todos llevamos el celular, pero hay quienes logran poner un freno, silenciar notificaciones, dejar el teléfono de lado cuando está en una conversación, pero no todos pueden hacerlo.

    ¿Qué sucede cuando les pedimos a personas cercanas que desconecten un rato? ¿Cómo decirlo sin que se enojen o se genere mal clima? ¿Cuántas veces una salida o encuentro se arruina por decirle al otro que deje un rato el celular? ¿Existen estrategias para lidiar con este tipo de adicción y que no se vean tan afectados los vínculos?

    Adicción al celular: cómo ayudar a alguien que tiene nomofobia.

    Adicción al celular: cómo ayudar a alguien que tiene nomofobia. – Créditos: Getty

    El licenciado en psicología Alexis Alderete analiza este aspecto vincular en todrno de la adicción al celular. «Cuando compartimos un momento con alguien y su atención se divide entre nosotros y su celular, estamos perdiendo la oportunidad de construir conexiones significativas», dice el experto. «Al expresarle a alquien que nos sentimos desconectados cuando nuestro interlocutor está en su celular, estamos abriendo un espacio para una conversación honesta y constructiva».

    Según considera, el objetivo es crear un ambiente donde ambos puedan sentirse escuchados y valorados y así fortalecer el vínculo que los une.

    Estrategias para lograr la atención de quien sufre adicción al celular (nomofobia)

    • Anticipar a la persona que preferimos un encuentro sin la interrupción del celular, si le parece posible dejarlo a un lado. Es una manera de poner sobre la mesa el tema. Ejemplo: “Me gustaría que no uses el celular o lo pongas en silencio un rato cuando nos veamos”.
    • Expresar los sentimientos cuando el celular interrumpe la conversación desde un lugar amoroso. Ejemplo: “Cuando chequeás constantemente el celular me siento molesto, me hacés sentir que no valorás mi tiempo”.
    • Negociar. Encontrar una solución que beneficie a los dos. Por ejemplo: “Ambos podemos poner en silencio nuestros teléfonos para no ser interrumpidos por las notificaciones. Valoraría mucho poder sentirme escuchado por vos, y después de la cena ambos podemos revisar las notificaciones”.
    • Validar las emociones de la otra persona. Cuando hacés un pedido de dejar el celular a un lado, pueden surgir sentimientos de malestar en el otro. Validar que esos sentimientos surjan es entender y comprender a la otra persona. Por ejemplo: “Entiendo y me doy cuenta que dejar el celular es difícil para vos por las responsabilidades que tenés, pero para mí también es importante sentirme escuchado.
    • Gestión de las propias emociones. Es importante durante el encuentro para no atacar o agredir verbalmente a la otra persona. Así la conversación no termina en una discusión o un mal momento.

    Experto consultado: Alexis Alderete (MP 85367) es Licenciado en Psicología. Egresado de la Universidad del Salvador. Especialista en Trastornos de Ansiedad y Entrenamiento en Habilidades. (Fundación Foro). Posgrado en Sexología Clínica (Sociedad Argentina de Sexualidad Humana). IG: @holapsicologo

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